Villa Aura
Implantada en una ladera de 49º de pendiente, Villa Aura se concibe como una vivienda invertida: el acceso se produce desde la planta primera, donde comienza un recorrido descendente a través de un núcleo vertical acristalado que articula la circulación y baña de luz natural el interior. Este vacío central, que alberga un árbol como elemento simbólico y estructurador, organiza los espacios en torno a él. Los volúmenes se proyectan sobre el terreno, generando una simbiosis entre el interior y el exterior garantizando además la integración de los dos pinos centenarios preexistentes.
La suite principal, situada en la cota más elevada, goza de una posición dominante y privilegiada. La materialidad: hormigón visto, mármol travertino y madera de cerezo natural, refuerza la conexión entre el paisaje y la arquitectura, consiguiendo una atmósfera atemporal y completamente integrada en el paisaje.




